El día después de San Valentín

Normalmente relacionamos el cambio climático con eventos climatológicos extremos como los aumentos y descensos de temperatura, el deshielo en los polos, huracanes, sequías, etc.
Pero sólo nos quedamos ahí, y no vemos todas las demás consecuencias que deja detrás este enemigo cada vez menos silencioso.
Millones de personas estos días han sufrido consecuencias concretas del cambio climático, y han puesto de cabeza al sur de Estados Unidos y norte de México debido al frío extremo que está azotando a esta zona.
El estado de Texas es el epicentro de un frente frío atípico que lleva algunos días estacionado en esa región, que en algunas partes alcanzó niveles récord en al menos 20 años, y el día después de San Valentín, las consecuencias llegaron a México.
El 15 de febrero hubo un mega apagón en algunos estados al norte de México, dejando sin energía a cerca de 4.6 millones de consumidores, debido a que según datos de la SENER, el 40% de la generación de electricidad depende del gas natural procedente de USA, la cual se vio afectada por el corte del suministro de ese país, resultado de las afectaciones por las bajas temperaturas a los ductos que transportan gas.
Las tormentas de nieve y los efectos de la congelación han hecho imposible el tráfico en algunas carreteras, donde se han registrado centenares de accidentes, así como el cierre de varios aeropuertos. Las autoridades han recomendado a los ciudadanos que se queden en casa y que se racionen recursos como agua, luz y gas.
En medio de la campaña de vacunación en contra de la pandemia generada por el COVID-19, que por cierto también se relaciona con el cambio climático, miles de centros de trabajo tuvieron que parar sus operaciones debido a la falta de luz, de conexión a internet, gasolineras colapsadas, escuelas cerradas y todavía falta esperar los daños en la agricultura y los millones de dólares en seguros que esto significará; sin contar los conflictos políticos que se pudieran derivar debido a las acciones tomadas para afrontar esta amenaza.
Unos días, unas horas y todas nuestras “seguridades” están de cabeza. Los expertos lo vienen diciendo. Aquí no hay sorpresas, sino sorprendidos.
¿Qué estamos esperando para actuar contra el cambio climático?
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